Cada segundo domingo de Mayo, nosotros los hijos, despertamos con una sonrisa en los labios. Nuestra primera tarea es pensar en mamá y ese pensamiento logra que más allá del tiempo y de la distancia, nos imaginemos en su regazo. La sonrisa en los labios, de nosotros los hijos, es una gracia adicional que tiene la magia materna.
Bien canta Leo Dan desde más de 40 años aquello de “Todos tienen una madre, ninguna como la mía...” porque si uno se pone a pensar lo que significa para cada uno de nosotros nuestra madre, concluiremos que nos faltará tiempo para decirlo o escribirlo y nos quedaremos con una sonrisa y ese sentimiento egoísta, en el buen sentido de la palabra, de “mi mamá es única y es mía”.
Mamá: Aunque mi calendario me dice que hoy te tengo que decirte lo mucho que te quiero, espero que sepas que te quiero todos los días del año. Esposas y madres hay en todo el firmamento, pero nosotros tenemos la más hermosa de todas las estrellas. Un hombre quiere a su amor más que a nadie, a su esposa mejor que a nadie, pero a su madre más tiempo que a nadie.
Mamá: Aunque mi calendario me dice que hoy te tengo que decirte lo mucho que te quiero, espero que sepas que te quiero todos los días del año. Esposas y madres hay en todo el firmamento, pero nosotros tenemos la más hermosa de todas las estrellas. Un hombre quiere a su amor más que a nadie, a su esposa mejor que a nadie, pero a su madre más tiempo que a nadie.
A propósito del Amor de Madre, Un artículo en National Geographic varios años atrás mostraba una foto impactante de LAS ALAS DE DIOS.
Después de un incendio forestal en el Parque Nacional de Yellowstone, los guardabosques iniciaron una larga jornada montaña arriba para valorar los daños del incendio. Un guardabosque encontró un pájaro literalmente petrificado en cenizas, posado cual estatua en la base de un árbol. Un poco asombrado por el espeluznante espectáculo, dio unos golpecitos al pajarillo con una vara. Cuando lo hizo tres diminutos polluelos se escabulleron bajo las alas de su madre ya muerta.
La amorosa madre, en su afán de impedir el desastre, había llevado a sus hijos a la base del árbol y los había acurrucado bajo sus alas, instintivamente conociendo que el humo tóxico ascendería.
Ella podía haber volado para encontrar su seguridad, pero se había negado a abandonar a sus bebés. Cuando las llamas llegaron y quemaron su pequeño cuerpo ella permaneció firme. Porque había decidido morir para que aquellos que estaban bajo sus alas pudiesen vivir
REFLEXIÓN
Dios es tan bueno y tan grande que a la mejor creación la ha llamado madre y consciente lo digo: Dios me dio una madre para darme vida pero no para toda la vida. Mamá, ¡Te amo, siempre va a ser así!
FELIZ DIA A TODAS LAS MAMITAS DEL MUNDO LES DESEA CON AMOR EL CENTRO NATURISTA "SAN CAMILO"