¿La vesícula
es el único lugar donde tenemos cálculos biliares?
¿Si me
extirpo la vesícula, nunca más padeceré de cólicos biliares?
Estas son
preguntas que muchas personas que presentan cólicos biliares se hacen e
ingenuamente creen que la cirugía laparoscópica los “eliminará” para siempre. ¿Sabía
usted que los cálculos biliares también se encuentran en otros lugares aparte
de nuestra vesícula? Es decir no basta con extirpar la vesícula para garantizar
la desaparición de cálculos biliares en nuestro organismo, y con ello queda siempre
latente la amenaza de un futuro cólico biliar.
Los cálculos
biliares, la gastritis, acidez e irritación estomacal, indigestión, estreñimiento
son síntomas de algún problema que presenta nuestro hígado, pero retomemos el
tema de este post.
La mayoría
de personas que tienen cálculos biliares no presentan síntomas y éstos son diagnosticados
en forma casual al pedirse una ecografía de abdomen, como examen diagnóstico
complementario de algún padecimiento abdominal. Esto quiere decir que un
pequeño porcentaje de las personas que tienen cálculos biliares desarrolla
síntomas con el transcurso de los años.
El síntoma
más común que producen los cálculos en la vesícula es el dolor abdominal
episódico (Cólico biliar). Este dolor aparece luego de una comida abundante o
con gran contenido graso y se ubica generalmente en el abdomen superior en el
cuadrante derecho y puede irradiarse a la espalda y a los hombros. Este espasmo
puede desencadenarse por irritación de la mucosa de la vesícula o por la
obstrucción de un cálculo biliar en el conducto de salida de la vesícula o bien
en el colédoco. Puede tener asociados otros síntomas como náuseas y vómitos.
El Examen de
diagnóstico más frecuentemente utilizado es la ecografía abdominal. La
ecografía utiliza ondas acústicas de elevada frecuencia para identificar
cálculos localizados en la vesícula. No hay exposición a radiaciones y el
examen es sensitivo, específico y poco costoso, no es una fotografía. La
ecografía detecta cálculos de gran y pequeño tamaño, pero no diferencia entre
cálculos de colesterol y pigmentados. Puede colaborar en el diagnóstico de
colecistitis aguda, es decir, si existe obstrucción de la vía biliar o enfermedad
hepática, pero NO es un buen examen para detectar cálculos en la vía biliar.
Como se
puede apreciar en el gráfico adjunto, los cálculos biliares pueden ubicarse en
el hígado (conductos biliares intrahepáticos); en la vesícula y en el colédoco
(conducto biliar extrahepático) pudiendo migrar inclusive hasta el páncreas a
través de su canal interior. Está probado que la mayoría de pacientes que
presentan cálculos biliares, o que se han extirpado su vesícula, son candidatos
para ser diabéticos, así no tengan antecedentes familiares.
La ecografía
no sirve para localizar cálculos en la vía biliar principal (colédoco), para
ello es necesario otro tipo de procedimiento: un examen de endoscopía llamado
colangio-pancreatografía retrógrada. Lo que en buena cuenta significa que si a
usted le extirparon la vesícula, ello no quiere que se ha librado de los
cólicos biliares, ya que si hay una obstrucción de un cálculo (o más de uno) en
el colédoco, también presentará un cuadro de cólico, tan doloroso como el que
ocurría cuando tenía su vesícula, y para extraerlos será necesaria una
intervención quirúrgica mucha más complicada que la laparoscopía.
Diversos
malestares que tienen su origen en el abdomen superior, que pueden aparecer en
forma recurrente, como ser ardor abdominal, estreñimiento, náuseas, dolores de
cabeza, etc. suelen ser atribuidos equivocadamente a la presencia de cálculos y
no desaparecen luego de extirpada la vesícula, ya que generalmente son
consecuencia de un mal trabajo del hígado, y recuerde que cuando le extirpan la
vesícula, a nuestro hígado no le pasa nada y seguirá provocando los síntomas
anteriormente descritos, ya que no se está haciendo un tratamiento de
recuperación de las funciones del hígado, verdadero culpable de la excesiva
presencia de cálculos biliares en nuestro organismos.
Se debe
tener en cuenta que si el cálculo que migra fuera de la vesícula y se obstruye
en el onducto biliar común (colédoco) no solo puede ocasionar un cólico biliar,
sino puede producirse ictericia (color amarillento de la piel y mucosas),
colangitis (infección de la vía biliar) o pancreatitis (inflamación del
páncreas)
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vesícula y colédoco, eliminando síntomas como la gastritis, acidez etomacal, estreñimiento, previniendo la diabetes de manera efectiva y recuperando
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estomago, riñones, colon, próstata, aparato reproductor masculino y femenino.
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